gracias.....por visitar mi blogger, aquí encontraras información muy importante. sobre las clases sociales....
Clases Sociales
Grupo que forma parte de un sistema de clases, es un tipo de estratificación social en el que la posición social de un individuo se determina básicamente por criterios económicos. El sistema de clases es típico de las sociedades industriales modernas.
En este tipo de sociedades se reconoce que existe además una mayor movilidad social que en otros sistemas de estratificación social. Es decir, se reconoce que todos los individuos tienen la posibilidad de escalar o ascender en su posición social por su merito u otro factor. Lo cual significa un quiebre con una organización testamentaría donde cada persona esta ubicada según la tradición en su lugar. Sin embargo, no se cuestiona el sistema de desigualdad en sí mismo.
La clase social a la que pertenece un individuo determina oportunidades de vida en aspectos que no se limitan a la situación económica en sí misma, también las maneras de comportarse, los gustos, el lenguaje, las opiniones e incluso las creencias éticas y religiosas suelen corresponderse a las del estatus social o (posición social) a la que pertenece el mismo.
Opinion de Karl Marx
Para Karl Marx las clases sociales pueden entenderse de dos formas, sea como: 1) grupos de individuos que se definen por una misma categorización de sus formas de relacionarse con los medios materiales de producción (particularmente la forma de obtención de sus rentas), o 2) una conciencia de clase entendida como la creencia en una comunidad de intereses entre un tipo específico de relaciones socio económicas. La doctrina marxista intenta descubrir la objetividad de la existencia de las clases (clasificaciones) social mente relevantes a través de la formación de intereses subjetivos yuxtapuestos y en contraposición a otros grupos de intereses comprendidos en forma similar.2 Las clases sociales aparecen entonces como dualidades antagónicas en un contexto histórico de conflicto cuyo eje central es el materialismo histórico. De ese enfrentamiento mediado por la historia surge la lucha de clases que es la manifestación misma del conflicto de los intereses económicos de los individuos.
Marx destacó que, a diferencia de todas las anteriores sociedades de la historia de Occidente con múltiples grupos de clases antagónicas, en la moderna sociedad capitalista la repartición desigual del capital se simplifica en la formación de dos grandes clases caracterizadas por esta "distribución": el proletariado y la burguesía. Esta última por su función social originaria dispondría del capital físicamente, esto es: económicamente, y por ende de los medios de producción. Le sería propio a esta clase el modo de producción denominado capitalismo y su apoyo teórico, el liberalismo, comprendido como su epifenómeno ideológico. El marxismo, en tanto teoría y explicación causal de la realidad, ha llegado a autointerpretarse como la ideología de la clase proletaria, pero esto llevó a una paradoja de autorreferencia por la cual la misma noción marxiana de clase y de "ideología de clase" se vuelve la reificación de esta clase particular, noción que es a su vez parte de la doctrina y cuyo criterio de verificación (el éxito en el proceso histórico) se vuelve inverificable. Otras corrientes marxistas han entendido su pensamiento sociológico como un criterio objetivo y universal de análisis de la realidad testeado por su carácter progresista, o bien en términos políticos como un programa filosófico de acción revolucionaria.
Honduras y las clases sociales
La estructura social de Honduras hoy es casi la misma de hace décadas.
No es difícil identificar su clase dominante con cierta educación, la mínima necesaria para ser los señores neofeudales de la "república". Los reconocerás por sus nombres, por sus métodos, por sus ostentosas propiedades, por sus viejos y conocidos discursos que, como en la época de Franco en España, de Pinochet en Chile, de Bush y tantos otros en los Estados Unidos, apelan al patriotismo, a la tradición, a la religión y a la libertad para justificar su poder político, ideológico y financiero. Y en las últimas décadas Cuba también. Con la excepción del adoctrinamiento religioso, Cuba se ha vuelto otro tipo de sistema conservador y cerrado. El proyecto humanista, joven y utópico de los inicios de la revolución cada vez es un recuerdo más lejano.
Por otro lado, Honduras, uno de los países más pobres del continente, se compone de una extensa y mayoritaria clase de campesinos, obreros y pequeños comerciantes que nunca han accedido a una educación secundaria y menos a una universidad. No para que todos seamos doctores, sino para que cualquier obrero sea un productor capacitado, intelectualmente creativo y con el goce de tiempo libre para construirse como ser humano.
Si todo esto no es opresión de clase, llámelo como quiera. Pero esta realidad seguirá estando ahí aunque se la maquille y se la trasvista.
Claro, todos debemos hacernos responsables de nuestro destino. En gran medida lo somos. No merece lo mismo alguien que se sienta a esperar que caiga un fruto sobre su boca que aquel otro que trabaja todo el día para que el milagro se produzca. Pero nadie tiene una libertad absoluta y unos son más libres (socialmente) que otros. Miremos a nuestro alrededor y preguntémonos si todos somos igualmente libres.
El poder existe. Existe el poder muscular, el poder económico, el poder político, etc. Cuando un grupo cualquiera impone sus intereses sobre otros, cuando puede obtener más beneficios inmediatos que recurriendo a la colaboración, a eso llamo tener el poder. Este poder posee, además de fuerza muscular, una voz seductora, cuando no intimidatoria, fácil de producir ecos en todos los rincones. Las mentiras del poder no son eternas, pero pueden sobrevivir generaciones o lo necesario para confirmar que la justicia que tarda no llega.
Nuestra visión humanista entiende que, a largo plazo, la colaboración es más beneficiosa para el desarrollo y progreso (perdón por la mala palabra) de todos. Pero los conservadores no están interesados en esperar tanto. Ellos lo ven todo como un archipiélago de islas rodeadas de murallas, una de las cuales es la elegida de Dios, bajo la pax romana, la paz de los cementerios o combatiéndose unas a otras al tiempo que acusan a los progresistas de alimentar el odio de clases. Si de eso no se habla, eso no existe.
Es el antiguo recurso de arrancarle los ojos a un pájaro enjaulado para que cante más y mejor
Clases sociales: Entornos y diferencias
Día a día las personas luchan insaciablemente por obtener lo que desean en la vida, algunos comienzan por encontrar un trabajo, otros por conservar el que tienen o cambiar a uno mejor, todo con el propósito de lograr una vida mejor y por supuesto tener el dinero suficiente para vivir como todos quisiéramos vivir.
El dinero y sus ventajas para vivir bien
Es inevitable decir que el dinero es necesario para vivir, toda persona lo necesita para sustentar gastos básicos, como el alimento, manutención del hogar y sobre todo de la familia. Sin embargo, existen gastos que ya no son básicos, como la obtención de un automóvil extra al que podemos tener, o de alguna marca en especial solo por "darse el gusto", viajes o vacaciones, y la renovación continua del guardaropa incluyendo marcas prestigiadas solo por mencionar algunos.
Los entornos y diferencias de las clases sociales
Una clase social es un grupo de individuos que comparten características sociales y económicas en común. Pero para definir una clase social en términos generales, debemos saber como primer punto que la única diferencia entre ellas es la posesión de dinero, y como consecuencia de bienes materiales y lujos que la hacen tan marcada, veámoslo en los siguientes niveles:
Diferencias en la comunicación por clases sociales
Las diferentes clases sociales difieren en sus hábitos relacionados con los medios de comunicación masiva, y en la manera en que transmiten y reciben las comunicaciones personales.
Cuando se les solicita que describan su mundo, las personas de clase más baja tienden a representarlo en términos bastante personales y concretos, mientras que las personas de clase media son capaces de describir sus experiencias desde varias perspectivas diferentes.
Así, por ejemplo, las respuestas a una encuesta sobre el lugar concreto en dónde repostaban gasolina, las respuestas variaron de manera clara, conformando la mayoría de las respuestas la siguiente estructura:
Respuestas de personas de clase media alta: Repsol, Cepsa, BP, Galp
Respuestas de personas de clase media media: En la gasolinera de la calle ……..
Respuestas de personas de clase media baja: En la gasolinera de Pepe
En otras encuestas realizadas similares, se observa igualmente que los usuarios de clase media tienen una visión más amplia o general del mundo, mientras que los de clase baja suelen adoptar una visión de tipo más estrecho y personal.
Otro de los factores que se observa es que las diferencias regionales en la terminología usada (las palabras y formas de construcción de las frases), suele incrementarse conforme se desciende en la escala de la clase social. Por esto, cuando los copy crean mensajes dirigidos a las clases bajas, intentan redactar los textos de manera que reflejen las preferencias regionales específicas.
Igualmente ocurre con las imágenes visuales que reflejarán el tipismo más que cuando la comunicación es hacia clases sociales más elevadas.
También existen diferencias significativas en la exposición a los diferentes medios de comunicación masiva. En la selección de programas específicos de televisión y los tipos de programas, las clases sociales más altas tienden a elegir de una manera clara las noticias, debates, documentales y películas, mientras que las más bajas se concentran en telenovelas, realities (Gran hermano), programas de tipo rosa con temas relacionados con la vida de los famosos, telenovelas, concursos y series graciosas.
Respecto a los diferentes medios, la clase alta tiene una mayor exposición a Internet, periódicos y revistas que sus homólogos de clase baja.
Sería interesante comenzar a hacer estos estudios sobre el tipo de web más frecuentada en Internet, blogs, foros, periódicos digitales… Aunque podríamos hacer una extrapolación, Internet tiene ya tanta importancia que convendría hacer un estudio específico
El amor sí tiene clase social
Generalmente, nos movemos en el terreno amoroso bajo expectativas erróneas que no concuerdan con la realidad.
Como el ser humano tiene aspiraciones, el amor no se salva de estar idealizado, por ello, nos gusta pensar mil cosas erradas de él. Nos gusta creer que todo lo puede sin que nada cambie, que debe ser incondicional y aguantar un montón de abusos o traiciones, que es para siempre de la misma forma, que en él no media la ambición, pero a fin de cuentas, el amor es una experiencia y como tal es percibida de acuerdo con nuestra educación, ideología, cultura, nivel económico, etcétera.
Muy rara vez una relación de pareja puede tener una compenetración e intimidad mayor cuando las personas que la conforman tienen diferentes niveles culturales o sociales, ya que la forma de ver la vida, las ilusiones personales o profesionales, la vida económica, así como el tipo de ambiciones que tenemos y nos motivan para alcanzar nuestros objetivo, pueden ser tan distintos que no nos permitan este tipo de relación.
Atracción sí, amor... no siempre
Recordemos que el amor no es mera atracción física, aunque éste es uno de sus componentes. Podemos sentirnos atraídos por la complexión física de una persona sin que tenga que ver ni la clase social, su educación, cultura o poder adquisitivo, ya que es un mero agrado físico, pero para consolidar una relación amorosa se requiere que la pareja tenga otros sistemas de identificación y compatibilidad que sí están determinados por esas condiciones.
A las novelas les encanta mezclar clases sociales, volver a los ricos sencillos y poco ambiciosos y a los pobres exitosos y adinerados; pero en la vida real, ningún millonario agradecería a su pareja arrastrarlo a la pobreza y ningún pobre desea tener una pareja adinerada para seguir padeciendo penurias.
Clases sociales y clases económicas
La diferencia entre clase sociales se ha determinado por la capacidad económica, pero en realidad se abarcan más cosas, desde los modales, nivel escolar, y cultural hasta las relaciones interpersonales.
Cuando las relaciones amorosas en diferentes escalas sociales son posibles, es porque la mayoría de las veces hay, entre ambas personas, afinidades que no están determinadas sólo por el dinero. Se logran entre personas con distinto poder adquisitivo, pero nivel educativo similar, grado profesional semejante o estatus cultural aproximado.
Cuando aspiramos a tener relaciones amorosas fuera de nuestro contexto socioeconómico debemos estar conscientes de que la presión, en muchos sentidos, será mayor. Nadie da lo que no tiene y las carencias deben subsanarse con esfuerzos adicionales.
Tambien existe la diferencia en el amor por la clase social ya que los padres por la clase social siempre buscan darle asus hijos e hijas el mejor partido para ellos,ellos creen que asi sus hijos viviran mejor y tendran una mejor vida y con amor segun para ellos,y por eso podemos agragar que hastad en el amor existen diferencias por su clase social o posicion economica
Diferencias
Desde Caracas, desde Lima, desde Tegucigalpa me reprochan que hablar de clases sociales para analizar el golpe en Honduras es un cliché pasado de moda.
Sí, es un cliché pasado de moda. Y una realidad actual, también. La Posmodernidad emprendió una larga campaña cultural e ideológica en el último tercio del siglo XX para derogar conceptos binarios y dicotómicos como opresor/oprimido, rico/pobre, blanco/negro, hombre/mujer, etc. Al eliminar el primer par desaparecía de forma automática cualquier idea de imperialismo, de colonialismo y de machismo. Así, toda realidad era una isla que poco tenía que ver con el resto, diferente a lo que afirmaban los anticuados estructuralistas. El pobre no tenía nada que ver ni que reclamarle al rico ni viceversa; una colonia no era el resultado de la existencia del colonizador ni la “mujer femenina” era el resultado del hombre masculino. Lo mismo los países, las culturas, las historias. Islas, átomos, universos independientes, sociedades autistas. Libres como un pájaro (que está condenado a volar y a emigrar). También en este sentido el Posmodernismo fue anti-humanista.
Pero las clases sociales todavía existen. Han existido desde hace algunos milenios y su lógica ha funcionado con mucha claridad hasta en las sociedades de gorilas y de chimpancés. Para los conservadores, esta observación sería un argumento a favor de las clases sociales. “Así es desde que el mundo es mundo”, es el lema reaccionario. Para los humanistas progresistas es un argumento en contra, ya que muchos defendemos la teoría de la Evolución. Como hemos problematizado en muchos otros ensayos, el progresivo incremento de las libertades individuales desde el fin de la Edad Media no ha sido en detrimento de la igualdad sino a su favor. Y viceversa.
En América latina la clase dominante solía ser un pequeño grupo de criollos blancos, educados, actores principales en la política, el gobierno y los negocios. La mayoría de la población estaba casi resignada a seguir los pasos de su clase social. Si alguno se desclasaba, esta excepción era publicitada pero no abolía la regla.
Con suerte, el sistema de clases sociales es mucho menos rígido que el de castas en India. Hoy en día es menos fuerte y en eso consiste el desarrollo. Pero existe, sobre todo en países como Honduras donde casi todos los medios importantes de información y de formación de opinión, pertenecen a unas pocas familias, a reducidos y casi impenetrables círculos de influencia. Y esos medios han practicado desde siempre una campaña a favor de un anacrónico sistema de clases sociales. Su más reciente papel lo tuvieron en el golpe de Estado. No porque Zelaya fuese un ejemplo de político democrático sino porque puso en riesgo el control político de su propia clase. A ese monopolio lo han llamado, estratégicamente, libertad de prensa, libertad de expresión. Con suerte un campesino hondureño es libre de gritar en la plaza del pueblo para que lo escuchen cien personas. ¿No es suficiente? Entonces, según esta ideología hegemónica, el inculto es un maldito revoltoso que quiere eliminar la libertad de expresión, romper el orden democrático y secuestrar a los niños para adoctrinarlos.
Hasta entrado el siglo XX los indios en América Latina recibían terribles palizas por desobedecer a sus patrones. Pero lo agradecían. El sistema de “indios pongo” los obligaba moralmente a trabajar gratis. Los indios llevaban los rebaños de una estancia a la otra sin la tentación de robar de vez en cuando una oveja. Razón por la cual en países como Bolivia y Perú el desarrollo ferroviario fue raquítico, en comparación a otros países de la región. En premio, el discurso dominante los describía como corruptos, holgazanes e inmorales. Porque eran pobres y sus placeres eran tan baratos como el aguardiente. Cuando un ejército patriótico y hambreado pasaba por su miserable choza, impunemente violaba a su mujer y robaba sus pocas ovejas. Cuanto menos autoestima, mejor. También los esclavos africanos azotaban a otros esclavos inferiores en la escala para sostener el sistema de privilegios. Los azotados lo agradecían porque las palizas, como exorcismo moral, los ayudaban a no ser “malos negros” que olvidaban su condición natural de animales inferiores.
Es decir que la opresión de un grupo por otro (una clase sobre otra, una raza sobre otra, un género, un sexo sobre otro, un grupo financiero sobre otro, etc.) sólo es posible por esa colonización moral, por esa moral del oprimido. Y para eso había que poseer la mayoría de los medios de prensa “más prestigiosos e influyentes”.
La estructura social de Honduras hoy es casi la misma de hace décadas.
No es difícil identificar su clase dominante, con cierta educación, la mínima necesaria para ser los señores neofeudales de la “república”. Los reconocerás por sus nombres, por sus métodos, por sus ostentosas propiedades, por sus viejos y conocidos discursos que como en la época de Franco en España, de Pinochet en Chile, de Bush y tantos otros en los Estados Unidos, apelan al patriotismo, a la tradición, a la religión y a la libertad para justificar su poder político, ideológico y financiero. Y en las últimas décadas Cuba también. Con la excepción del adoctrinamiento religioso, Cuba se ha vuelto otro tipo de sistema conservador y cerrado. El proyecto humanista, joven y utópico de los inicios de la Revolución cada vez es un recuerdo más lejano.
Por otro lado, Honduras, uno de los países más pobres del continente, se compone de una extensa y mayoritaria clase de campesinos, obreros y pequeños comerciantes que nunca han accedido a una educación secundaria y menos a una universidad. No para que todos seamos doctores, sino para que cualquier obrero sea un productor capacitado, intelectualmente creativo y con el goce de tiempo libre para construirse como ser humano.
Si todo esto no es opresión de clase, llámelo como quiera. Pero esta realidad seguirá estando ahí aunque se la maquille y se la trasvista.
Claro, todos debemos hacernos responsables de nuestro destino. En gran medida lo somos. No merece lo mismo alguien que se sienta a esperar que caiga un fruto sobre su boca que aquel otro que trabaja todo el día para que el milagro se produzca. Pero nadie tiene una libertad absoluta y unos son más libres (socialmente) que otros. Miremos a nuestro alrededor y preguntémonos si todos somos igualmente libres.
El poder existe. Existe el poder muscular, el poder económico, el poder político, etc. Cuando un grupo cualquiera impone sus intereses sobre otros cuando puede obtener más beneficios inmediatos que recurriendo a la colaboración, a eso llamo tener el poder. Este poder posee, además de fuerza muscular, una voz seductora, cuando no intimidatoria, fácil de producir ecos en todos los rincones. Las mentiras del poder no son eternas, pero pueden sobrevivir generaciones o lo necesario para confirmar que la justicia que tarda no llega.
Nuestra visión humanista entiende que a largo plazo la colaboración es más beneficiosa para el desarrollo y progreso (perdón por la mala palabra) de todos. Pero los conservadores no están interesados en esperar tanto. Ellos lo ven todo como un archipiélago de islas rodeadas de murallas, una de las cuales es la elegida de Dios, bajo la pax romana, la paz de los cementerios o combatiéndose unas a otras al tiempo que acusan a los progresistas de alimentar el odio de clases. Si de eso no se habla, eso no existe.
Es el antiguo recurso de arrancarle los ojos a un pájaro enjaulado para que cante más y mejor.

No hay comentarios.:
Publicar un comentario